domingo, 25 de noviembre de 2012

Menos es más

Recuerdo una época en la que no había colores simultaneamente contrastados en una misma imagen. O era muy feliz o muy desdichada. 

Mis decisiones eran completamente blancas o estaban teñidas de negro. 

No veía infelicidad en la felicidad y cuando me sentía infeliz me hundía en las penumbras de la desesperanza. Por eso, raras veces hacía concesiones a la tristeza. 

Ahora, es distinto. Soy más consciente de las sombras que encierra una feliz decisión y cuando me siento infeliz lo hago con el corazón de viernes, sabiendo que mañana será sábado. 

Hay "menos felicidad" y "menos tristeza" pero cuanto más de verdad es todo. Menos intensidad, más frecuencia. Como las variables del ruido. 

Como dice alguien que yo me sé (o creo saber) soy razonablemente feliz. Algo que me ofendía escuchar (quería oirle decir que era muyyyyy feliz a mi lado) y que ahora entiendo. 

A.

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